INGREDIENTES
- 200 Ml de Kéfir casero
- 1 yogur de fresa y proteínas
- 2 o 3 Fresas
ELABORACIÓN
- Empezamos la receta por la mañana cogiendo los gránulos de kéfir y añadiéndole 200 ml de leche en mi caso semidesnatada. Yo me levanto muy temprano así que suelo hacerlo sobre las 6:30 o 7:00.
- Dejamos el recipiente con el kéfir y la leche tapado con una servilleta de papel o un trozo de tela a temperatura ambiente en un sitio oscuro.
- A media tarde entre las 4 y las 8 de la tarde (cuando hayan pasado unas 12 horas) no tengo una hora fija lo meto al frigorífico y lo dejo hasta el día siguiente por la mañana.
- A la mañana siguiente saco el kéfir de la nevera y lo cuelo con un colador de plástico y una cuchara de plástico.
- El lácteo resultante es el kéfir y los gránulos los vuelvo a meter en un tarro de cristal limpio y le vuelvo a añadir 200 ml de leche para el día siguiente volver a tener mi kéfir preparado.
- Con el kéfir resultante que obtengo es con el que por la noche preparo mi batido de fresa para cenar.
- Simplemente lo que hago es añadir al kéfir el yogur de fresa con proteínas y le añado dos o tres fresas naturales (Esto es opcional depende de la temporada del año) dependiendo del tamaño, lo mezclo todo muy bien y listo para comer.
- Es una cena ligera y fresca para el verano y es una manera de, para aquellas personas a las que no les haga mucha gracia el kéfir, poder tomarlo. Ese era mi caso yo no conseguía tomar kéfir porque su sabor no me agradaba y no conseguía encontrar una mezcla con la que poder tomármelo hasta que mi sobrina me descubrió esta mezcla en la cual no se nota para nada el sabor del kéfir y está buenísimo.
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