- 2 Patatas grande por persona (mejor patatas rojas para que no se deshagan)
- 1 Cebolla mediana
- Pimiento al gusto yo no le pongo
- 2 Ajos
- Aceite
- Sal
- Pimienta
- 1 Hoja de Laurel
ELABORACIÓN
- Lavar, pelar y cortar las patatas en rodajas no muy gruesas.
- Lavarlas y secarlas con un paño limpio.
- Cortar la cebolla en aros finos y los dientes de ajo en láminas.
- Poner a calentar a fuego fuerte un buen chorro de aceite en una cazuela más bien honda, que cubra el fondo y un poco mas.
- Cuando el aceite esté caliente añadir los ajos laminados, las cebollas y las patatas.
- Poner la sal, la pimienta y el laurel, remover y bajar el fuego al mínimo.
- El secreto de este plato está en rehogar a fuego lento removiendo con cuidado para que no se peguen ni se deshagan las patatas.
- Una vez que bajemos el fuego al mínimo cocinar con la sartén tapada y no añadir agua. Las patatas deben hacerse confitándose en el aceite y al calor del vapor que desprendan.
- Remover de vez en cuando con cuidado para que se vayan haciendo por igual. Estarán listas en 15 o 20 mtos. dependiendo de la cantidad de patatas que pongáis y de lo gruesas que sean.
- Una vez hechas escurrir el aceite para que no resulten tan grasas, yo las pongo en un colador.
- El aceite sobrante una vez colado queda bastante limpio y se puede guardar y volver a utilizar.
- Listo para comer.
NOTA
- Estas patatas las podemos servir acompañando carnes, con huevos fritos, etc. y también están buenísimas en tortilla.
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